Los cambios en la Agricultura y la Ganadería.
Desde principios del siglo XVII, en la economía inglesa, los
terratenientes implementaron una serie de mejoras que posibilitaron un
importante aumento en la producción y en la productividad de la tierra. La técnica
que causo mayor impacto fue la rotación de cultivos. Gracias a ella se pudo
abandonar el sistema de barbecho, que consistía en dejar descansando una parte
de la tierra para que pudiera recuperar sus nutrientes.
Además de la rotación, se incorporaron nuevos cultivos y
plantas forrajeras (nabos y trébol), que permitían explotar la tierra en su
totalidad sin agotarla y, simultáneamente, mejoraban su alimentación del
ganado.
También contribuyeron al desarrollo la utilización de los
establos y la innovación en los métodos de cría del ganado, así como las
mejoras en las herramientas y maquinas –por un mayor uso de hierro en ellas.
Los cambios tuvieron al menos dos consecuencias
inmediatas. Por un lado, el crecimiento
de la población, debido a la mayor
oferta de alimentos y a su abaratamiento; por otro, la liberación de mano de
obra rural, que resultaba excesiva a causa del crecimiento demográfico y de la
mayor productividad del trabajo humano- posibilitada, como veremos , por una
nueva organización del trabajo y la innovaciones técnicas y mecánicas.
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